Nueve
meses después, el comienzo del nuevo curso no puede ser más distinto. Sin que
nos sobre el trabajo, empezamos a notar los frutos de la constante labor que
estamos realizando desde principios de año.
¿Brotes
verdes? De momento preferimos hablar de la mano providente de Dios, pero sí
apreciamos un cierto optimismo en el ambiente que hace un año no existía y poco
a poco vamos recuperando un ritmo de trabajo que nos permite estar la mayor
parte del tiempo ocupados.
La
puesta en marcha en el mes de junio del certificado
energético ha sido providencial para nuestra profesión y nos ha permitido
tener un verano menos “relajado” de lo habitual. A pesar de la feroz
competencia, la certificación
energética ya forma parte de nuestros trabajos cotidianos, como lo ya lo
son las ITE y las tasaciones.
A
lo largo del otoño esperamos empezar tres obras en Madrid,
una de obra
nueva y dos de rehabilitación y es posible que iniciemos otra antes de
final de año. Además, estamos hablando con dos negocios la posibilidad de hacer
la reforma del local
y tramitar su licencia de actividad.
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