
La obsolescencia de los edificios es un problema de gran envergadura, porque afecta al confort y la calidad de vida de las personas. A nivel mundial, los edificios son responsables de una tercera parte de las emisiones de CO2 y del 40% del consumo de materias primas.
Por otra parte, la rehabilitación es una actividad que puede favorecer la economía si despliega todo su potencial. La administración puede contribuir en gran medida a este objetivo y en esta línea se entiende las subvenciones a la rehabilitación y la introducción del Informe de Evaluación de Edificios (IEE).
Podemos definir la rehabilitación de edificios
como una serie de acciones preventivas para evitar tener que hacer frente a
daños posteriores y alargar la vida útil de las viviendas. Los objetivos de la rehabilitación de inmuebles
son diversos: garantizar la seguridad estructural, mejorar la iluminación, la
ventilación, la eficiencia
energética y las instalaciones, las condiciones de habitabilidad y
accesibilidad, así como los elementos ornamentales y estéticos.
Rehabilitar
un edificio implica dejar un sistema constructivo en perfectas condiciones,
más allá de reparar sólo un balcón, una grieta o una gotera. El mantenimiento de edificios
ha sido deficiente en nuestro país y por eso ahora hay que hacer intervenciones
más completas. La implementación del Informe
de Evaluación de Edificios (IEE)
y la aprobación de subvenciones
a la rehabilitación de edificios por parte del Gobierno va en este sentido.
La rehabilitación
energética de edificios incrementa la sostenibilidad y el confort desde un
punto de vista térmico, lumínico y acústico, mejorando la calificación energética
de los inmuebles. Además, un edificio rehabilitado
mejora la calidad del paisaje
urbano y mantiene la ciudad más viva a través de la preservación del patrimonio, como lo demuestran recientes ejemplos de rehabilitación de edificios en Madrid.
Cabe recordar que los edificios tienen un enorme impacto
ambiental, no sólo cuando se construyen y se utilizan, sino por el proceso de
elaboración de los materiales necesarios para levantarlos. Desde este punto de
vista, rehabilitar favorece la sostenibilidad, disminuyendo la necesidad de nueva construcción y mejorando
la eficiencia energética.
Con la necesidad de renovación de un parque inmobiliario cada vez más obsoleto, la rehabilitación de edificios tiene un gran potencial para crecer y se ve como determinante para lograr la recuperación económica creando nuevos puestos de trabajo. En los próximos años, la rehabilitación energética podría crear 150.000 empleos directos, además de otros beneficios económicos y sociales como la disminución de la pobreza energética.
Más información sobre la rehabilitación energética de
edificios en nuestra página
web.
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