La reforma de la iglesia la ha dotado de un aspecto más luminoso, moderno y sobrio, sin perder el carácter acogedor, recogido y familiar que siempre ha tenido. Enhorabuena a María, que empezó el proyecto, a Alfonso que lo continuó y a todos los que, con el Párroco D. Enrique a la cabeza, han contribuido al éxito de este sueño común.
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